"La huerta azul", de Reynaldo Ros, reeditada por Azogue Libros y la Editorial Municipal de Paraná.
Una calle detrás de la Unidad Penal N°1, pero con el nombre de pluma mal escrito, es el escueto homenaje oficial hacia Reynaldo Ros (nacido Reinaldo Dardo Rosillo), escritor paranaense que supo inspirar respeto y admiración en Juan L. Ortiz. Era un escritor bohemio –casi no hay fotos suyas– que supo ganar cierto reconocimiento y relevancia en los círculos literarios de la capital entrerriana en la década del 40. Una promesa de las letras paranaenses, pero la muerte lo encontró muy pronto, en 1954, habiendo dejado tan sólo un libro publicado y un montón de poesía diseminada en revistas y antologías.
Hace poco más de un mes, Azogue Libros y la Editorial Municipal de Paraná, publicaron La huerta azul, de Ros, tercer título de la colección La Música en que flotamos.
Marcelino Roman, Ruth Fischer, Reynaldo Ros, Gloria Montoya y Carmen Segovia integran esta primera propuesta, que es acompañada por la relectura de escritores y escritoras contemporáneos. Se trata, en resumen, de un viaje de exploración que rescata el valor del arte construido, enlazando una punta con otra, en la interminable tarea de celebrar la identidad. Las ediciones se enriquecen y complementan con un prólogo y un anexo de fotografías, con juicios de otros actores sobre el texto.
En este camino emprendido de modo conjunto, entre el sello municipal y Azogue, en septiembre de 2020 se lanzaron los dos primeros títulos de la colección: Pájaros de nuestra tierra, de Román y Comarca nodriza, de Fischer. En abril último, además, se sumó La huerta azul, de Reynaldo Ros.
"La huerta azul", editada por primera vez en 1949 por el autor, y reeditada en 2021 por Azogue Libros
Sobre la obra de Ros, escribió Lautaro Maidana en el prólogo: “Publicada durante los estertores de una década en la que sus integrantes se pensaron a sí mismos como parte de una comarca imaginada de lazos y afinidades, en La huerta azul, escuchar, hablar, leer y escribir se vuelven un modo de decir ‘te presento el mundo’ a un niño recién venido a él. En este libro todo parecería estar relacionado al aprendizaje del don de la palabra, que sirve tanto para hacer contacto con el mundo como para imaginar otros posibles”.
Desde 2018, Maidana trabaja como corrector en Azogue Libros, esta editorial autogestiva que ya lleva varios tomos publicados. Docente de Lengua y Literatura, graduado en la Facultad de Humanidades de la Uader, supo cultivar por cuenta propia una especial inclinación por los autores locales. Escenario dialogó con él acerca de la última novedad editorial de Azogue.
“Reynaldo Ros es un escritor de Paraná que formó parte de cierto campo cultural que hubo en la década de 1940 en la ciudad. Había cierto círculo con Juan L. Ortiz, Carlos María Onetti, Alfonso Sola González, Alfredo Martínez Howard. Nombre que hoy resuenan pero, a excepción de Juanele, no tienen la popularidad ni han sido consagrados como autores centrales dentro del canon literario entrerriano. Es difícil encontrar a poetas de Paraná”, comentó.
Por otra parte, destacó que el autor paranaense Ros publicó mucha poesía de manera dispersa, en revistas, en antologías: “Era conocido como poeta y, más particularmente, como poeta para niños. En 1948, Juan L. Ortiz dictó una conferencia en la sede Buenos Aires de la Sociedad Argentina de Escritores, que llevó por título Reynaldo Rosillo, poeta de los niños y del Delta. Esta conferencia se editó recién en 2016, a través de la editorial Eduner. Es que Ros trabajó durante muchos años en el vivero experimental, en la zona de islas, en Villa Paranacito. Entonces estaba muy ligado al río y el Delta”.
De la ciudad y el Delta
Reynaldo Ros nació en 1907 y murió en 1954, a los 47 años. Era joven y se lo pensaba como una promesa de la poesía. “En vida era reconocido por el ámbito cultural de la ciudad, sin embargo el único libro que publicó fue La huerta azul que, curiosamente, no es un libro de poemas, sino de prosa poética, narraciones y cuentos. Tiene la particularidad de que fue un libro autoeditado, de su propio bolsillo, con una tirada que habrá sido de unos 300 ejemplares”, indicó.
La huerta azul reúne los recuerdos de infancia de Ros en una Paraná de antaño, en una ciudad que ya no existe. “Es particularmente interesante, porque cuando la gente piensa en literatura entrerriana, de la región, tiene esta idea de que lo entrerriano es campo, monte y río. Y en el caso de La huerta azul, que publicó a finales de la década del 40, él escribe sobre su infancia en Paraná. Y eso es importante, porque él está mirando la ciudad, nos está dando un relato sobre la vida urbana en 1910. A él no le interesa el campo, ni el paisaje fluvial que tanta centralidad tiene ahora. Además no tiene una mirada melancólica, sino que se planta desde la visión de un niño que relata su infancia; hay un capítulo dedicado exclusivamente a los juegos que jugaban los niños en ese tiempo. También habla de su imaginación y sus fantasías, muy atravesada por los aviones: a él le fascinaba la idea de andar en avión o en barco. Un nene de principios del siglo XX que desde Paraná soñaba con viajar, con ser agricultor, con tener un vivero. Es un libro muy lindo, con historias muy ricas”.
Con respecto al problema de la poca difusión de la obra de Reynaldo Ros y de la dificultad de dar con su obra, Maidana mencionó: “En la década de los 90, la editorial de la UNER editó una antología que se llamó Islas en la lluvia, pero pasó algo que para mí es muy penoso, muy hostil. Se había prometido una obra completa, se había trabajado mucho en hacer archivo de este escritor, pero nadie sabe qué pasó con eso, se perdió y nadie se hizo responsable. Se esfumó la obra completa y finalmente la Eduner terminó publicando una antología. Es importante debatir sobre qué pasa con nuestro patrimonio cultural, cómo lo cuidamos, qué conservamos de nuestros artistas y qué no, por acción y por omisión. Estamos muy cerca de Buenos Aires y es como que siempre miramos hacia allá y muchas veces no miramos cosas que suceden en nuestra propia provincia”.
Por último, acotó: “En Paraná tenemos una carrera universitaria de Letras, donde estas cuestiones no circulan. Estos debates, estos olvidos, estas omisiones no encuentran un lugar. Por eso valoro mucho la iniciativa de Azogue para hacer circular textos del pasado”.
El libro puede adquirirse ingresando al sitio www.azogue.com.ar. En los próximos meses los lectores podrán disfrutar de Adiós a las ciudades, de Gloria Montoya, y Agua Desnuda, de Carmen Segovia, los títulos que completarán esta colección.
Fuente: Diario Uno de Entre Ríos