Instrucciones para transitar los bordes de Programa Doméstico

Preparar algo rico. Evitar en lo posible la sobreabundancia de harinas. Sacudir los “no puedo”. Disponer el cuerpo. Tener los ojos curiosos, la escucha amorosa y el corazón deseoso. Pueden aparecer unas cuantas risas y lágrimas. No dar nada por sentado. 

Encontrar la belleza en lo cotidiano. Habilitar todas las posibilidades. Inventar nuevas reglas y poner todo en discusión. Pensar lo que te caliente. Abrirse a las alegrías, a los errores y a las frustraciones. No temer a los fantasmas y monstruos que aparezcan. Meterse en el embrollo y dejarse embrollar. Mostrar la hilacha. Compostar los desperdicios. Tener presente que una pizca de ansiedad siempre puede colarse.

Darle espacio al silencio y atender a lo pequeño. Obsesionarse. Recuperar las anotaciones al margen. Preguntar(se), preguntar(se) y preguntar(se). Dejar leudar las preguntas. 

Paola Chiappella y Verónica Moreira